FICCIONES DE UN MUNDO POSIBLE

FICCIONES  DE UN MUNDO POSIBLE

BIOGRAFÍA


Por suerte aún no había abierto los ojos
ante tanto horror

ya era carne
ya era tarde
y lloré

que más hacer cuando no vale la pena
y por cosas de la naturaleza
y sus nervios imbricados
hasta la teta te niegan

me volví adicto al biberón
y a otras cosas

siempre busqué el mar
recordando quizás mi primer ahogo
y entre tantas cosas sueltas
años después
se oyen esas risas voraces

el pútrido desecho de los miedos
y el dolor
de estar
aquí.

N.M.A.C.



En todo caso, había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío.
Ernesto Sábato

EXISTENCIARIO


En una piedra alrededor de un sol
que se apaga más lentamente
que las fugaces luces de mis aconteceres

en una piedra
llorando porque nada importa
pero llorando

con la cabeza en la almohada
que está llena de mí
que piensa y que se desprende 
que se va 
sin adonde

un espanto
un fluir
una disgregación pariendo angustia

encapsulado
en una piedra
alrededor de un sol

yéndome
en la macabra danza del tiempo

un vacío aterrador y helado
y la nada

solo se proyecta en la luz
esa figura borrosa
en una piedra
alrededor de un sol.

N.M.A.C.

LAS SED

¿Será que la vida es tan solo un puñado de sal en la boca? Preguntó un día Iván a Omar mientras fumaban tranquilos frente al mar.

-Demasiada sed al final de todo; y muy poco, quizás amigo. 
-Y  esta sal masticada con bronca, con impotencia con letanía, es la sal de la vida.

Y siempre, nosotros, muertos de sed.



Y se rieron como locos.

N.M.A.C.

CON EL TIEMPO

Con el tiempo es mejor alejarse de los adulones temporales,
es mejor alejarse de los jugadores a medias,
es mejor alejarse de los indecisos morales,
es mejor alejarse de los que se paran sobre la mecha.
Con el tiempo es mejor alejarse de esos que temen tu compañía ante quienes se arrastran buscando su absurda aceptación,
es mejor alejarse de los temerosos que no dudan en decapitar a los débiles,
es mejor alejarse de los inquisidores de morales y desgarrados mentirosos.
Con el tiempo es mejor alejarse de quienes temen enfrentar a tus enemigos con la estafa de compartir su amistad,
es mejor alejarse de los mercaderes de moralinas con palabras ajenas,
es mejor alejarse de los héroes de oficina que levantan su voz con valientes diatribas,
es mejor alejarse de los amigos de los jefes y ansiosos verdugos.
Con el tiempo es mejor alejarse de esos desesperados por brillar y ciegos por su condición invisible,
es mejor alejarse de los murmullos para ir a refugiarse en los silencios,
es mejor alejarse de los rebeldes fatigados,

Con el tiempo es mejor no dar a quién ignora tu mano abierta porque esos son los que corren con su boca a buscar el puño que aman,
es mejor no olvidarse que quienes te acompañan son quienes disfrutan de tus sombras,
es mejor recordar que la memoria sirve para poder andar nuevos caminos.
Con el tiempo, y solo con el tiempo verás caer las máscaras y quedarán los rostros al sol.

NM.A.C

HAMBRUNA


HAMBRES

 La tarde caía detrás de la ventana. Un murmullo escapaba de su vientre. La mesa vacía. La pava hirviendo. Los automóviles roncaban a lo lejos quemando en sus vientres las risas de un arisco vendaval.
El hambre tiene su música y su espanto. Le atraen las moscas y el frío.
El agua entra arremolinada y choca violenta contra las paredes del estómago. Un alivio, un engaño. Y luego el transito torrentoso y sin impedimento.
El hambre tiene una velocidad que se advierte en el medio del ceño. La frente contraída y la flexión  histérica. La tensión se desgasta y todo es un nervio.
 Y todo pasa hasta que deja de pasar.
Y un pedazo de pan puede ser todo el sueño de tu boca.


N.M.A.C

MUJER

MUJER

Que te puedo decir si estás tan lejos
del egocentrismo que te propongo

Que te puedo decir
 si brillas entre los negros nubarrones
que atrajo la ira
de estos dioses moderrnos

Una mujer de caderas suaves
montada en el cuadro de mis paroxismos
nocturnos
cavernosos

Como si un amo
 rebelara su secreto a un esclavo
y el deber de todo hombre

Alguien Irguió su columna ante ese fuego
y decapitó las sombras que opacaban el lucero

Una mujer
entre tanto miedo.

N.M.A.C





AHÍ


Una mesa de pino, cuatro patas, un mantel de hule y en ese preciso centro  un florero de cerámica con un rosa de plástico. Una ventana con un vidrio húmedo y una calle de tierra con un perro sarnoso y hambriento. Una silla floja y un televisor blanco y negro sobre el cubo de madera color roble. Un cielo raso de cartón, un piso de verde granito y la puerta placa sin cerradura. Un trozo de cartón por el piso y una correntada de aire frío. Poca luz y un brillo más allá de la puerta. Un susurro ronco, el olor a sopa grasienta y una gata gorda y desprolija.

La ansiedad desabrida, el pulso violento, los ojos rojos y unos dientes apretados, amarillos y porosos. La sangre espesa, las tripas duras, los hombros tensos, las manos frías. La respiración aserrada, la garganta tiesa, la lengua pastosa la nuca hirviendo. Un río indigno en el cauce de las piernas, los dedos  helados y la espalda baja como una estepa inhóspita. Una bocanada al vacío, reseca y ardiente. El terremoto de un vientre que repele el calor, la dignidad de rodillas, el espanto de un propósito.

Un lugar entre este pueblo y la luna, una noche entre un Cristo y el universo, un vértigo en la hojarasca de un otoño entre aquel verano y ese invierno, una posibilidad ineludible, un martillazo entre los dedos, un espectáculo frente al zócalo de alguna pensión mugrienta.
Y el viento acarició las copas de los centenarios eucaliptos como una caricia que se ha permitido algún dios, que ni tuyo ni mío oscila entre el vacío y un pueblo.

N.M.A.C.