El
Racionalismo considera que el conocimiento humano depende del intelecto y la
razón, por lo tanto, la diferencia con los animales es cualitativa.
En
la tradición aristotélica, la razón es tanto una prerrogativa humana como la
marca de lo mental, lo animales no tendrían “mente” sino otras capacidades
cognitivas no mentales.
Descartes
se opone a esto, para él la marca de lo mental es la conciencia, no la razón.
Propone un dualismo de dos sustancias, la sustancia pensante que se opone a la
sustancia extensa. Es en esta sustancia extensa donde ubica a los animales.
Descartes
niega que exista una mente en los animales, que no tendrían percepción en
algunas interpretaciones, y solo grados muy bajos de sensación en otros.
Incorpora
la sensación, la percepción, la imaginación, y el deseo dentro de lo mental,
como modos de la conciencia. La sensación y la vida se encuentran en la
sustancia extensa, siendo fenómenos puramente fisiológicos que no imponen
obligaciones morales.
Para
Descartes pensar es un atributo que me pertenece y no puede separarse de mí: el
principio. Primer paso del dualismo. La esencia del sujeto (que existe), es el
pensamiento.
Para
el filósofo no soy más que una cosa que piensa, un espíritu, un entendimiento o
una razón, términos cuyo significado me era desconocido. Soy una verdadera
cosa, y verdaderamente existente: Una cosa que piensa.
Para
Descartes, los animales no poseen pensamiento, ni conciencia, dado que la
conciencia y el pensamiento se identifican. En la conciencia está la totalidad
del pensamiento proposicional y los animales no poseen ningún tipo de
racionalidad.
Consideraciones