El
niño eterno
solitario
feroz
agazapado
entre tinieblas
que
desdibujan sonrisas en frías galerías
de
un pueblo trágico y desierto
en
horas de la siesta
un
patio reseco por el sol
y
el polvo de ladrillos apolillado y revuelto
entre
las espigas secas
entre
la insolación desmesurada por el juego
un
héroe que se atreve
a
modificar mi quietud
en
la adultez apresurada por el vértigo
de
conocer cada segundo
como
dardos subrepticios
sobre
la piel mutilada
un
héroe se atrevió a mostrarme otro sueño
el
de un demiurgo desaparecido
en
la tormenta de espantosos silencios
alguien
creo esta dicha en mis venas
y
su mano fué la asesina
de
su cuerpo difuso
de
su convicción de camino
alguien se eternizó en viñetas
alguien me señaló un camino.
N.MA.C.