No quedarme inmóvil al borde del camino
no juzgarme sin tiempo
no querer con desgana
pese a todo
pese a no poder evitarlo
pese a congelar el jubilo
entre mis manos frías
pese a la lluvia de aquel otoño
ahí en Mar del Plata
Tantos andamios eclipsados
por las noches en vela
esperando no se que pretexto
para no pegarme un tiro
Tantas borras de café y cenizas de cigarro
esparcidas a la madrugada
tantos trenes que no pasaron
tantos deseos que se transformaron
en cancinos labios
tiritando entre susurros
por las aceras de un Carhué
inhóspito e inmenso
Existen treguas
y abrazos
despedidas sin regreso
y violentas convulsiones de sueños pretéritos
ayer impostergables
hoy dispersos en estas manos atrapando nada
Pese a eso
pese a mí
pese a todo
te escuché en soledades histéricas
en músicas despreciables
Y no me salvé
y no me quedé inmóvil
al borde del camino
juzgándome sin tiempo
queriendo sin las ganas.
N.M.A.C.