¿Será que la vida es tan solo un puñado de sal en la boca? Preguntó un día Iván a Omar mientras fumaban tranquilos frente al mar.
-Demasiada sed al final de todo; y muy poco, quizás amigo.
-Y esta sal masticada con bronca, con impotencia con letanía, es la sal de la vida.
-Demasiada sed al final de todo; y muy poco, quizás amigo.
-Y esta sal masticada con bronca, con impotencia con letanía, es la sal de la vida.
Y siempre, nosotros, muertos de sed.
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